miércoles, 9 de marzo de 2011

UN BUEN COMPLEMENTO

Publicidad y Relaciones Públicas proporcionan una formación especializada en la creación, diseño y producción de la comunicación publicitaria, así como en las estrategias y aplicaciones de las relaciones públicas. Dentro de las relaciones públicas un factor importante es la relación con el entorno y la creación de una opinión pública favorable. Por este motivo, están muy enlazadas con la publicidad, en cuanto que ésta pretende ofrecer una imagen corporativa de la empresa, a través de la difusión de sus productos, y con la comunicación, tanto externa como interna de las empresas. Los estudios de publicidad y relaciones públicas habilitan para trabajar en el campo de la creación publicitaria, la planificación estratégica de la comunicación, la gestión de empresas publicitarias y de relaciones públicas, la dirección y la gestión de comunicación empresarial e institucional, la consultoría de marcas, el diseño y la dirección de arte, la asesoría de imagen, la realización de spots publicitarios y la investigación de mercado y de la comunicación.
La Publicidad y las Relaciones Públicas pertenecen al mundo del marketing, y de todo es conocido que esta herramienta se sustenta en cuatro pilares básicos: producto, precio, promoción y distribución. Tanto la publicidad como las relaciones públicas son acciones de promoción; es decir, de comunicación de la empresa y de sus productos y servicios, con los diferentes públicos y audiencias que le interesen.
La Publicidad puede fomentar la notoriedad e intensificar la credibilidad de cualquier mensaje de marketing, bien de la empresa, bien de sus productos y servicios, se utiliza, fundamentalmente, para conseguir determinados resultados comerciales en un corto periodo de tiempo; las Relaciones Públicas, por su parte, pueden mejorar también la imagen y la reputación de la empresa y de sus productos, sobre todo, de establecer y mantener una comunicación bidireccional entre la empresa y sus públicos.

La Publicidad tradicional, en la mayoría de los casos, desarrolla técnicas para llegar al mayor número de personas con el mínimo coste posible, a través de un mensaje unidireccional, en determinados canales de comunicación. Las Relaciones Públicas, por el contrario, diseñan técnicas bidireccionales (emisor- receptor- emisor), a través de mensajes selectivos, en muy distintos canales, hechos a la medida de las necesidades e intereses de cada público o audiencia.

Los públicos de la Publicidad son generalmente los clientes y distribuidores. Los de las Relaciones Públicas son mucho más variados, e incluyen, desde los empleados y accionistas, hasta las autoridades y la opinión pública en general.

Siendo el objetivo fundamental de la Publicidad el aumento de las ventas, el de las Relaciones Públicas recomienda revisar permanentemente las fortalezas y debilidades, así como las amenazas y oportunidades de la empresa, para afrontar cualquier problema que pueda aparecer.

Publicidad y Relaciones Públicas pueden y deben complementarse. No en vano los mejores clientes de las consultoras de Relaciones Públicas son las agencias de Publicidad. Poco sentido tendría intentar persuadir a los clientes de que compren más, cuando se descuidan las relaciones con proveedores, distribuidores o asociaciones de consumidores. Las Relaciones Públicas pueden reforzar consistentemente la buena publicidad y, si fuera el caso, minimizar el efecto negativo que pueda causar la mala.

Existe un planteamiento en las Relaciones Públicas de que sus acciones se realizan sobre el ámbito institucional de la organización, mientras que la Publicidad incide sobre el producto o la marca concreta.

Desde este punto de vista, las Relaciones Públicas se centran en la percepción que tengan los públicos de la organización, y no tanto en la intención de compra o la preferencia.

La Publicidad se dirige principalmente, a unos públicos externos a la propia organización y es un tipo de público de espectro mayoritario y amplio. Sin embargo, las Relaciones Públicas se realizan pensando en uno público interno y externo, dentro de esos dos ámbitos se incluyen multitud de públicos específicos. Eso implica que la actividad dirigida de las Relaciones Públicas actúa sobre públicos más selectos y concretos y que debe modular su acción teniendo presente esa tipología de públicos.

La Publicidad ejerce un control absoluto en la elaboración y plasmación del mensaje que va a aparecer en el medio. Por el contrario, las Relaciones Públicas actúan en el terreno de la incertidumbre puesto que únicamente se tiene certeza del mensaje elaborado, pero no existe control sobre cómo va a aparecer en el medio, ni cuándo, ni qué, ni dónde.

El lenguaje publicitario debe reunir una serie de características propias, evocando al consumo del producto o del servicio y siendo por tanto impactante, innovador y lo más sucinto posible. No hay que olvidar que la publicidad compra un espacio del medio –papel en la prensa y tiempo en la radio y la televisión- y cuánto menor sea ese espacio, menor será el coste. El lenguaje que utiliza las relaciones públicas es muchos más extenso, derivado de la amplitud de sus públicos y de la utilización de diferentes lenguajes para dirigirse a ellos.

La Publicidad tiene la necesidad de establecer un calendario en los mensajes que ha elaborado, puesto que unos de los factores de su éxito es la repetitividad. Así, un mismo mensaje es usual que se repita varias veces. Desde la perspectiva de las relaciones públicas no es normal que se recurra a la repetición de un mismo mensaje, mientras que lo que sí se pueden repetir son las herramientas. Así, tenemos que los mensajes de las relaciones públicas se agotan en sí mismos.

En conclusión estos dos términos se complementan muy bien para poder formar una excelente imagen de la organización y poder mostrar al público lo que son.

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