viernes, 11 de marzo de 2011

Desinformación, parte de la realidad comunicativa.


Para nadie es un secreto el poder que tienen hoy en día los medios de comunicación en este mundo globalizado, quien tiene la información es quien posee el poder. La desinformación es pan de cada día en la realidad comunicativa del mundo, y puede ser intencional o equívoca, todo depende de los fines de la organización, la procedencia de la información recolectada o las simples circunstancias del hecho.
La desinformación se refiere a toda la información que puede ser tergiversada, falsa, sesgada, manipulada, alterada, maquillada, rumorada, etc. Cuando esta información es tergiversada, muchas veces, es causa de los intereses directos de la organización de la cual procede dicha información, ya que les permite “decorar” la información de manera que ante la sociedad luzcan bien o hagan lucir a otro mal.
Como menciona Jacquard (1988: 9) “el conjunto de técnicas conducentes a tergiversar la información manteniendo un halo de verosimilitud con la teleología de condicionar la opinión y respuestas de los individuos”. De esta manera la desinformación logra entrar a la realidad, donde una parte veraz maquilla el resto de la falsa, y le da la credibilidad necesaria para salir a recorrer el mundo.
Muchas veces la desinformación puede llegar a ser no intencional, pero es igual de equívoca, ya que la falta de fuentes oficiales y reales, el afán de hacer o ser noticia, y la misma falta de comunicación entre las organizaciones y sus públicos, no permiten el flujo correcto y verdadero de la información, llegando de manera errada al receptor, engañándolo sobre acerca de algo que no sucedió o sucedió parcialmente.
La desinformación es utilizada para influir en las respuestas directas de la sociedad, todo a través de la persuasión, y aunque en sus inicios se dio en la guerra y enfrentamientos bélicos, hoy en día hace parte del día a día comunicativo.  Se deforman las percepciones a través de la información desinformada, donde la manipulación juega un papel fundamental, ya que al manipular la información se manipula con ella al individuo, su respuesta, pensamiento y con él, a todos quienes les llegue la noticia errada. 
El poder de la información como tal es tan grande que puede alterar una imagen y hacerla ver completamente diferente en cuestión de segundos, y de eso trata la desinformación, una organización depende enteramente de la imagen que posee en la sociedad y la credibilidad que esta tenga. Si alguna de estas cosas se ve bajo amenaza por alguna circunstancia, la desinformación será la herramienta principal para salir de la crisis, tergiversando la información para quedar bien y no mal y así mantener su imagen corporativa frente a la sociedad. De igual manera se puede lograr hacer ver negativamente a otra organización, individuo, idea, etc. Es cuestión de que la información falsa o manipulada tenga un poco de verdad, de esta manera logra pasar desapercibida y llegar a los hogares como si fuera una verdad absoluta e irrefutable, como la mayoría suele pensar de la información mediática.
El rumor es una de las principales herramientas para la desinformación, el cual trata de aquella información que se mueve entre lo cierto y lo falso y que circula de tal manera, sin quien lo confirme, pero con la credibilidad tanto de quien lo cuenta como de quien lo recibe. Es tal vez uno de los mayores problemas en la comunicación, ya que actúa como un ruido a la hora de informar, y uno de los principales males que aquejan a la hora de comunicar, es por eso que se debe prevenir a tiempo transmitiendo la información correcta y adecuada al tiempo necesario para evitar la creación de este mal.
A pesar de que la desinformación hace parte de la realidad comunicativa y que gracias a este mundo capitalizado y globalizado será muy difícil de eliminar, se puede empezar a analizar este para tratar de evitarlo y lograr una información correcta y pertinente, que en su momento traerá sus frutos de credibilidad y verdad, sin haber tenido la necesidad de decir mentiras o tergiversar información.

Andrés Felipe Ramírez 

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